Clasificación de los activos informáticos: Inteligencia Artificial Vs. Factor humano

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¿Has pensado en la información que manejas y haces fluir diariamente? Datos personales, información bancaria, archivo, planes a corto, mediano y largo plazo; la constante modificación y crecimiento, quiénes tienen acceso, la distribución a través de distintos canales: cuentas de correo electrónico, softwares de edición, WhatsApp o aplicaciones para optimizar la carga laboral.

Ciertamente, existen documentos resguardados que contienen información sensible y otros que no, pero ¿cuentas con un sistema de clasificación? Como empresa, es indispensable un inventario de activos informáticos, es decir, conocer la cantidad y el contenido de la información con la que trabajas.

Clasificar es una necesidad y hoy, existen distintas formas de realizar esta tarea. Primero, las Consultorías, refiriéndose a terceros que, con precisión pero en varios años, podrían clasificar un 10% del total de la información que guardas; Segundo, Tecnologías de clasificación manual con resultados ineficientes y lentos; Tercero, el método de Expresiones regulares, capaz de clasificar el 30% del total de la información, pero que implica establecer filtros de búsqueda para predecir el contenido o los criterios bajo los que quieres organizar tu información.

Existe una solución más efectiva: Inteligencia Artificial (IA), en la que, mediante un proceso 100% automatizado, se analiza, clasifica e identifica, con suma precisión, la información de tu empresa en semanas.

Valora la pertinencia de contar con alternativas que no requieren esfuerzo humano, ni genera costos adicionales, ni pone en riesgo la confidencialidad y permite conocer la ubicación y administración de la información. Los algoritmos de Kriptos arrojan una radiografía integral de los activos informáticos de tu empresa, una herramienta fundamental para la protección de los datos y necesaria para enriquecer tus estrategias internas.

Si cada documento con información sensible podría valuarse en 60 dólares, ¿cuánto valen tus activos informáticos? ¿Estás cumpliendo con las normativas de protección de datos personales?

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